dijous, 14 d’abril del 2011

Hola de nuevo.

Ayer pusimos en común nuestras prácticas donde buscábamos ejemplos, por así decirlo, para hablar del determinismo.

Mi ejemplo fue la entrada anterior a esta, donde ponía en relación lo que está ocurriendo ahora en Egipto y si esto estaba determinado o no, por la cultura o avances tecnológicos, como decía en la noticia.

Hubo otros ejemplos como:

- El caso de un hombre que perdió su avión porque se le hizo tarde. Justo ese avión fue uno de los que chocó contra las Torres Gemelas. No obstante, al poco tiempo subió a otro avión y este se estrelló, acabando con la vida de este hombre, entre otros. ¿Estaba determinado que este hombre muriera en un accidente, y de avión?

- Buscando información, también encontré un ejemplo similar al caso anterior. Esta vez fue un matrimonio que perdió el avión que se estrelló a causa de que un cocodrilo se escapara. El cocodrilo causó tal sensación que se armó un caos y el avión perdió su equilibrio aerodinámico, yendo a tierra de manera incontrolable.
El marido y la mujer fallecieron al día siguiente en un accidente brutal de coche. ¿Otra vez estaba determinado?

- Hubo otros ejemplos bastante curiosos:
      · La relación de Gerard Piqué y Shakira. ¿Estaba determinado que ellos se encontraran en el videoclip del Waka-Waka?
      · La caída de la bolsa.
      · El caso de Newton y la manzana.

Espero que os sirvan los ejemplos que he recopilado de los compañeros.
Un saludo

dimecres, 13 d’abril del 2011

Determinismo y Egipto

Hola de nuevo.

    En clase, como ya he dicho en otras entradas, estamos hablando sobre el determinismo e indeterminismo. Para la práctica de hoy, había que buscar una noticia y relacionarla.

    Un breve recordatorio: una tesis determinista es la que sostiene que las cosas suceden de modo necesario, inevitable, siguiendo el principio de la casualidad: todo lo que sucede es por una causa, y puede ser explicada a partir de esa causa.

    Buscando información he encontrado muchas noticias que relacionan el determinismo con el cine. Más concretamente con las comedias románticas. Me ha parecido curioso, porque no se me había ocurrido relacionarlo. Pues es cierto que en todas estas películas el encuentro romántico está determinado. Siempre se dan una serie de causas para que los protagonistas acaben encontrándose, normalmente se llevan mal, pero al final siempre terminan enamorados. Son ejemplos las críticas que se encuentran en estos enlaces:



    No obstante, para la práctica me ha gustado una noticia que habla de Egipto, y de cómo nadie predijo lo de aquella manifestación que lo empezó todo, pero que después todos eran capaces de explicarlo. Además también se habla del determinismo cultural, tecnológico…

Las multitudes que han conseguido la dimisión de Mubarak prueban que Huntington se equivocó sobre el choque de civilizaciones. Los árabes y los musulmanes luchan con valentía en defensa de la dignidad humana

TIMOTHY GARTON ASH

"Para ser sinceros, pensábamos que íbamos a durar unos cinco minutos", recuerda uno de los organizadores de la manifestación original del 25 de enero con la que comenzó esta revolución egipcia. "Pensamos que nos detendrían enseguida". Si hubiera sido así, si las fuerzas de seguridad de Mubarak hubieran vuelto a matar al feto en el vientre, Internet estaría ahora lleno de artículos de expertos que tratarían de explicar por qué "Egipto no es Túnez". Por el contrario, la Red está llena de explicaciones improvisadas pero de una certeza aplastante sobre lo que nadie había previsto. Son las falsas ilusiones del determinismo retrospectivo.
Por consiguiente, antes de seguir, hagamos dos profundas reverencias. La primera, y más profunda, a los que iniciaron esto, corriendo un gran peligro personal, sin ningún apoyo de un Occidente teóricamente defensor de las libertades y contra un régimen que recurre de forma habitual a la tortura. A ellos van toda mi admiración y todo mi respeto. Y en segundo lugar, hay que inclinarse ante la diosa Fortuna, lo imprevisto, que, como observó Maquiavelo, explica la mitad de todo lo que ocurre en la vida de los seres humanos. Ninguna revolución ha conseguido avanzar jamás si no cuenta con unos individuos valientes y buena suerte.
Una correosa víctima de esta revolución, de cuya muerte deberíamos alegrarnos, es la falacia del determinismo cultural, y en concreto la noción de que los árabes y los musulmanes no están preparados para las libertades, la dignidad y los derechos humanos. Su "cultura", nos aseguraban Samuel Huntington y otros, les programaba para otra cosa. Que se lo digan a la gente que baila en la plaza de Tahrir. Eso no quiere decir que los modelos religioso-políticos del Islam, tanto radical como conservador, y los legados específicos de la historia árabe moderna, no vayan a hacer que la transición a una democracia liberal consolidada sea más difícil de lo que fue, por ejemplo, en la República Checa. Claro que sí. Todavía es posible que, al final, las cosas salgan terriblemente mal. Pero la idea tan condescendiente de que "eso nunca podría ocurrir allí" ha quedado refutada en las calles de Túnez y El Cairo.
Y, ya que hablamos de determinismos, deshagámonos de otro. En las etiquetas como "La revolución de Facebook", "La revolución de Twitter" y "La revolución de Al Yazira", volvemos a encontrarnos con el espectro del determinismo tecnológico. Después de hablar con algunos amigos en El Cairo, no me cabe la menor duda de que todos estos medios han desempeñado un papel muy importante en la organización y la multiplicación de las protestas populares que comenzaron el 25 de enero. Mientras escribo este artículo, he ido observando el crecimiento de la página de Facebook creada por los egipcios para "autorizar" a Wael Ghonim -el directivo de Google liberado hace unos días de la cárcel y recién designado héroe de la revolución- a hablar en su nombre. La primera vez que la visité, a las 8.51 de la mañana del miércoles, tenía 213.376 seguidores; dos días después, tenía 285.570. Antes, Ghonim había organizado, con seudónimo, otra página en Facebook que contribuyó a las protestas y cuenta ya con más de 600.000 seguidores.
Como sucedió en Túnez, lo que crea el efecto catalítico es la combinación de las redes sociales de Internet y telefonía móvil con el viejo superpoder de la televisión. La cadena de televisión Al Yazira ha ofrecido un relato fascinante de una lucha de liberación con material sacado de blogs e imágenes borrosas tomadas con teléfonos móviles. Ghonim se convirtió en un héroe popular porque poco después de salir de prisión apareció en un programa de la televisión egipcia que le permitió llegar por primera vez a un público de masas. Es decir, las tecnologías de la comunicación, viejas y nuevas, son muy importantes; pero ni impiden que los movimientos populares de protesta acaben aplastados, como se vio en Bielorrusia e Irán, ni deciden el resultado; y el medio no es el mensaje.
Luego están las analogías históricas. He perdido ya la cuenta de cuántos artículos he visto (incluido uno mío, me apresuro a añadir) que se preguntan si este es, o no, el 1989 árabe. "La caída del muro de Berlín del mundo árabe", grita un titular. "Esto no es 1989", clama otro. A la hora de la verdad, la comparación quizá no nos explique gran cosa de lo que ocurre en Egipto, Túnez y Jordania, pero desde luego nos dice algo sobre 1989. Es indudable que 1989 ha pasado a ser el modelo por antonomasia de cualquier revolución de principios del siglo XXI. Lejos están ya 1789, 1917, y 1848.
Por el contrario, otra analogía que sí se utiliza casi tanto como la de 1989 es el Irán de 1979, que incluye la posibilidad de que los islamistas radicales y violentos salgan vencedores. En The New York Times, Roger Cohen, que ha escrito crónicas espléndidas desde Túnez y Egipto, sigue la primera ley del periodismo ("primero simplificar, luego exagerar") cuando dice que "la cuestión fundamental" en Egipto es: "¿estamos presenciando el Teherán de 1979 o el Berlín de 1989?". Una posible respuesta es: lo que estamos presenciando en El Cairo en 2011 es El Cairo de 2011. No lo digo en el sentido obvio de que cada acontecimiento es único, sino en otro sentido más profundo. Porque lo que caracteriza a una verdadera revolución es la aparición de algo auténticamente nuevo, por un lado, y, por otro, el regreso de un principio humano universal que había estado reprimido.
Es nuevo, en El Cairo en 2011, que los árabes y los musulmanes se manifiesten en masa, con valentía y (en general) disciplina pacífica, en defensa de la dignidad humana y contra los gobernantes corruptos y represores. Son nuevos en 2011 el grado de descentralización y las redes organizativas que están detrás de las manifestaciones, de forma que hasta a los observadores más enterados les cuesta responder a la pregunta: "¿quién organiza esto?". Es nueva en 2011 la extraordinaria presión demográfica, porque la mitad de la población en casi todos estos países es menor de 25 años.
Lo viejo, en este Cairo de 2011 -tan viejo como las pirámides, tan viejo como la civilización humana-, es el grito de los hombres y mujeres oprimidos, que vencen la barrera del miedo y viven, aunque sea de forma pasajera, la sensación de libertad y dignidad. Mi corazón daba saltos de alegría cuando vi las imágenes de las inmensas muchedumbres que se concentraban pacíficamente en el centro de la ciudad celebrando la caída del rais. Sin embargo, cuando acabemos de tararear el coro de los prisioneros compuesto por Beethoven para Fidelio, no olvidemos que estos momentos son siempre efímeros. Queda por delante la dura tarea de consolidar la libertad.
Aquí es donde adquieren importancia las comparaciones históricas, que no pueden sustituir al análisis informado y de primera mano de la situación concreta, pero sí ofrecen una amplia variedad de experiencias que muestran de cuántas formas puede salir mal una revolución y la delicada combinación de factores que hace falta para que salga bien.
Ni en la oposición ni en el sector oficial he visto todavía un ingrediente vital para que salga bien: unos interlocutores organizados y creíbles para negociar la transición. Es cierto que en la plaza de Tahrir ha surgido un embrión de organización. Con Ghonim, los manifestantes tienen a un personaje que es un símbolo y podría llegar a ser un líder. Pero da la impresión de que todavía falta mucho para una alianza de las fuerzas opositoras capaz de canalizar la presión popular hacia la mesa de negociación. En el bando oficial, habría que dejar paso a un gobierno provisional encabezado por alguien que sea aceptable para todos (o al menos casi todos) los bandos, alguien como el viejo y astuto Amr Moussa, secretario general de la Liga Árabe. Solo cuando coincidan esos dos elementos podremos empezar a confiar en que la revolución egipcia está en el buen camino.
Hasta aquí por hoy, un saludo.

dijous, 7 d’abril del 2011

Conferencias de interés

Hola a todos.

Ayer pusimos en común las conferencias que habíamos escuchado para la práctica, y cómo lo habíamos relacionado. Todas las conferencias sacadas de la página de la Fundación de Juan March.

Las que más relación tienen con el temario que estamos estudiando son:

* Carlos García Gual. La fuente griega "El camino de los Griegos (Polis, Logos, Paideia)"

* Pedro Cerezo Galán. "Libertad e Institución"


* Francisco Rubio Llorente. "Igualdad y pluralismo"



Estas fueron las más importantes. Las dos primeras relacionadas con el tema 1, y la última con el tema 3.

Espero que os sea de ayuda, un saludo.

dimecres, 6 d’abril del 2011

Conferencia de China, ¿Hacia una supremacía global?

Hola de nuevo.
Para la práctica de hoy teníamos que buscar en la página de la fundación Juan March un audio de una conferencia, que pudiéramos relacionar con lo que estamos estudiando.
Pues bien, yo lo he relacionado con una conferencia que se dio sobre China, ¿Hacia una supremacía global? En esta conferencia se defiende que China va hacia una superpotencia global y que tiene un auge económico bastante importante para los tiempos que corren.  Y aunque habla de China, y no tanto sobre la libertad, y lo que nosotros estamos estudiando, me ha parecido interesante hablar de este tema, y enfocarlo hacia lo que a nosotros nos interesa.
Me parece curioso que el país que va a dominar el mundo, por así decirlo, sea un país que no respete los Derechos Humanos, ni los Derechos Laborales, ni las libertades más básicas, etc.
Empezando por el tema de las libertades, la dictadura comunista de China viola sistemáticamente el derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. La libertad interior, la de pensamiento, que es la más difícil de censurar, en China se viola constantemente. Desde la infancia se encuentran sometidos al control de sus pensamientos. Por tanto, no hace falta hablar de la libertad de expresión o actuación, porque éstas están la mayoría de las veces vetadas. Ejemplos de esto, son las censuras dadas en Google, no solo de temas políticos, sino de páginas informadoras mundialmente reconocidas. Abajo, os pongo algunos enlaces de paginas que comentan este tema y de otros ejemplos, por si os interesa.
Es cierto que he vuelto a hacer una relación de las libertades y la censura, pero al oír esta conferencia, el tema me ha gustado para someterlo a debate y utilizarlo en mi práctica.
También he de comentar que me parece preocupante, que el que muy posiblemente se convierta en una potencia, sea un país que considere a la mujer como inferior, que no permita tener más de 2 hijos (preferiblemente que sean niños), que no se respeta los horarios laborales (suelen ser de lunes a lunes y con jornadas de más de 14 horas), que sea un país explotador, e imperialista, etc. Espero que vayamos para adelante, y no para atrás, porque si se les deja hacer, es probable que en el futuro tengamos bastantes problemas y confrontaciones.

 Algunas paginas relacionadas:
Estas son un poco mis ideas, si tenéis otra opinión, no dudéis en comentar.
Saludos.